MI HISTORIA DE BUCEO
... o de cómo me metí en este húmedo elemento
... y cómo resulta que no tengo ninguna gana de salir de él


 

Tengo que decirlo... de siempre me ha tirado el agua...
Ya de cría, mis padres, cuando estábamos en la playa o en una piscina, para buscarme tenían una frase que lo define todo: "para encontrar a esta chiquilla, hay que buscar unos pies... y la cabeza sumergida que le corresponde... esa es nuestra hija... siempre arrugada, siempre a remojo, no hay forma de sacarla del agua!!"

No se, aunque vengo de familia montañera de verdad (del mundo profesional de la montaña, me refiero), parece que por mis venas corren con más fuerza los genes de mi antepasado marino mercante... El caso es que, sin haber vivido nunca cerca de la Mar, ella ya se encarga de tirar de mi...

Respecto al buceo, fue en el 90 que me enteré que ir bajo el agua era más o menos accesible para todos. Ese verano, estando de prácticas en una clínica veterinaria en USA, una de las auxiliares veterinarias estaba justamente haciendo su curso. Me hablaba de lo que hacía en la piscina, me invitó a acompañarla y verlo y por qué no a apuntarme y fue entonces, lo recuerdo perfectamente, como noté una especie de pálpito que me decía "Hellen, esto es para ti".

Pero, las cosas que pasan... me había echado un noviete yankee (la mar de mono, por cierto, rubito, ojos azules, de nombre Bobby) que era paracaidista, y se me nubló la vista con los aires. Iba a hacer con el el bautizo y lo que hiciera falta, pero estabamos en Fayetevville NC, zona militar donde las haya, y justo fue el agosto en que empezó la guerra del Golfo. Era en el aeródromo de la base donde iba a saltar, y para el domingo señalado... se habían ido todos zumbando rumbo a tierras árabes. Me quedé sin probarlo allí, pero no sin las ganas... tantas que en cuanto volví a España lo primero que hice fue... apuntarme al curso de paracaidismo y empezar a saltar. Y como era estudiante, pues la hucha no daba para más, así que los siguentes años fue el aire el que iba marcando mi ritmo de actividades.

Pero siempre, siempre, con el buceo como musiquita de fondo, la asignatura pendiente, y mirando al mar con cierta nostalgia y deseo de "algo más" que ir sobre su superficie.

El que conociéndome se pregunte y no entienda por qué tardé tantos años en dar el salto al agua... tendría que saber esa otra etapa de mi vida tan diferente a todo en la que actividades como esta estaban totalmente alejadas de su día a día. Pero eso es harina de otro costal.

El caso es que, finalmente llegó mi momento...
Era el 2002, y fuimos de vacaciones a Egipto.
Lo típico, el crucero por el Nilo y mucha piedra. Pero cuando hicimos el planning, algo me picaba dentro, y me empeñé como una posesa en hacer 4 días de extensión al "mar Rojo". Mi gran deseo era eso del snorkel para ver los pececitos... antes del viaje empecé a mirar por internet y no hice más que descubrir las enormes posibilidades que había en esa zona para hacer eso que tanto tiempo me llevaba rulando. escribí mails a centros de buceo y similares, a ver si me diera tiempo o concertar salidas. Finalmente lo hicimos allí directamente y con mucha suerte.
Contratamos para un primer día una excursión en quads, pero nos dejaron tirados (es Egipto, compañeros) y para curarnos el cabreo, nos regalaron toda una tarde en un barquito paranosotros dos solitos y el patrón, un chavalito que nos llevó por unos sitios maravillosos. Como el plan no era agua, sino desierto, no llevabamos bañador, pero a mi me dio lo mismo... ¡¡me iba a quedar sin remojarme!! Camiseta (po eso de disimular un poco la ropa interior) y al agua. Mi ex no era muy de agua, se agobió con el tubo y al final se quedó a bordo haciendo fotos y videos del patroncito y la menda, haciendo snorkel como locos en un sitio donde no había nada y unos arrecifes preciosos. Fue increible... Creo que nunca había disfrutado tanto.
El barquito, nosotros dos solos, la puesta de sol, el patroncito que me llevaba de la mano a verlo todo... La cara de felicidad que tengo en esas fotos lo dicen todo.

... Y lo que me quedaba por descubrir!!

Ya habíamos concertado lo del bautizo de buceo y una salida de día entero. Esa mañana la pasamos en la piscina del hotel, probando el equipo, respirando y las pruebas típicas, y el día siguiente era el tan esperado por mi.
A las 9 de la mañana ya zarpábamos del puerto de Hurgada, mi ex, yo, un padre y una hija alemanes, una americana que estaba haciendo el curso y dos amigos del centro de buceo, además de los guias (unos morenitos majísimos) amén dela tripulación.
Tenia unas ganas locas de bajar... primero iban los que ya sabían y la espera se me hacía eterna, aunque no hacía más que tirarme desde la segunda cubierta al agua, ver todo lo que había abajo con las gafas, volverme loca y comerme de la impaciencia. Estabamos rodeados de barcos, y cuando veía a "esos bichos negros y de colorines" tirarse al agua con sus botellas, me daba una cosa dentro que para que.

Llegó mi momento y fue impresionante... La preparación, ponerte el equipo, el peso, el agobio, la emoción... situarse a la popa, saber que tienes que tirarte alli, confiar que no te irás al fondo... escuchar los últimos consejos...

El primer salto es algo diferente, una experiencia divertida a la vez que un subidón de adrenalina que hace reír cuando llevas muchos más, pero que no es difícil comprender. Es una especie de tirarse al vacío con un peso encima impresionante... que luego descubres que ni te enteras que lo llevas.
Y una vez listos, para abajo, el descenso.
Iba flipada, de la mano del guía (ahora se que DM o instructor) y creo que ni me acordaba de respirar porque cuando llegué arriba me miró el manómentro (vale, lo miraría veinte veces más abajo como es lógico, pero de eso yo no me enteraba) y me dijo "pero niña... tu no sabes que hay que respirar? jajajaj.... creo que se te va a dar bien esto, ¡¡si no has consumido nada!!".
Subí en una nube... eso fue demasiado. Le tocaba el turno a mi ex (ibamos de uno en uno, de la manita del morenito) y estuvo muy poco rato... le entró un agobio pasmoso y subio con una cara de espanto que aún me hace gracia... Nada, el agua no es para él, está claro.
Yo hice mi segunda inmersión y le dije a mi morenito que me soltara la mano, que me apetecía ir solita... iba la mar de cómoda, feliz, alucinada por lo que veía, miríadas de peces de los colores más vivos imaginables, y por la sensación de mirar arriba y ver la quilla de los barcos y mis burbujitas... recuerdo que había como un arco de piedra tipo tunel pero supermini, y le supliqué que me dejara pasar por ahi... el tío se partía de risa, y por allí que fuimos... una pijada, vale, pero fue toda una experiencia...
Gritaba yo sola allí abajo, en el silencio del azul (bueno, del mini azul, que no pasaramos de 8 m), no hacía más que decirme "¡Pero Hellen, cómo has podido estar tanto tiempo sin probar esto, es imperdonable!!"
Fue un impacto. El resto del día yo vivía en otro mundo. No hacía más que mirar a mi ex y pensar qué tonto... como puede haber renunciado a esto, ni siquiera probó la segunda inmersion... "lo que te has perdido" era lu único que me salía decirle, me resultaba inconcebible desperdiciar una maravilla como esta.

Y así fue mi primer contacto con el buceo, un privilegiado bautismo en el
Mar Rojo donde decidí que, sin remedio, me iba a volver adicta a semejante maravilla.

Nunca he sido capaz de describir las sensaciones y emociones que "eso" desportó dentro de mi..

Por circustancias que no vienen al caso, y que son fáciles de intuir tardé más de lo deseado en hacer los cursos que me convirtieran en "buza titulada", pero cuando ya estuve "liberada" del todo dije que no iba a esperar un minuto más, ni nadie me iba a frenar o evitar hacer lo que deseaba con todas mis ganas.

Total, que en la primavera del 2004 empecé a enterarme por Zaragoza cómo y dónde podía sacarme el título.
Comencé esta magnífica aventura de la mano de todo un profesional del buceo e instructor, Jesús "el bombero", junto con otras dos compañeras a finales de junio del 2004. Hice mi curso Open Water de PADI a caballo entre Zaragoza (las teóricas y piscina, que en el Ebro no se ve un pepino) y el Mediterráneo, en Hospitalet del Infant (Tarragona).
Dispuesta a no quedarme sin poder hacer según que inmersiones en mi inminente viaje a USA, dos semanas después, en julio, me saqué el Advanced Open Water en Javea (Valencia). Ya, ya se que esto es un error tremendo, pero primero, entonces no lo sabía, segundo como me lo permitieron y nadie me dijo lo contrario (craso error de algunos centros de buceo que posiblemente sólo miren los beneficios económicos), con lo que ni me lo planteé, y tercero, en USA no iba a tener tiempo de hacerlo y al ir con un amigo buceador experimentado a nivel DM, me sentía tranquila.
Saltando charcos, las siguientes inmersiones fueron en el Atlántico, en las costas de Miami, florida (USA), con unas impresionantes cabezas de coral en medio de los bancos arenosos y una riqueza de fauna que me dejó pasmada... Amén del par de pecios que no dejaron nada que desear, incluyendo una magnífica Manta Raya que me dejó alucinada ¡y el tiburón nodriza que sólo vi yo, pero que juro que lo vi y era real y verdadero!
Una vez de vuelta a la patria, chapuzones en le querido Mare Nostrum producto nacional, Costa Brava (L'startit y la reserva natural de Islas Medes), Murcia (Águilas), Llafranc (Barcelona), Campello (Alicante), Cabo de Gata (Murcia)... en numerosos encuentros y kdd del foro donde también me inmersioné a fondo.

Dado mi afán por el mundo submarino y que el año que iba a comenzar era significativo para mi por ser impar y llegar a tener la edad de mi número favorito (37), pensé que, qué mejor manera que dar la bienvenida al 2005 en este medio acuático. Me costó un poco, pero hubo otros locos que, como yo, se apuntaron a la KDD de fin de año que propuse en el foro. Fuimos 14 en total, en Campello (Alicante), y además de pasarlo estupendamente, efectivamente, nos tiramos al agua faltando unos minutos para las 12 de la noche, y allí, rodeados de un magnífico techo de estrellas y del elemento marino, tomamos las uvas y comenzamos el año Nuevo de la forma que más nos gustaba a los que allí estabamos: BUCEANDO.

En enero nos juntamos 5 del foro (Jamaica, Percho, Johnie, Paxpan y la menda) y nos fuimos una semana al Hierro, el paraíso del buceo de las Canarias, considerado uno de los puntos más buenos de inmersiones no sólo de España, sino de toda Europa. Y no nos defraudó. En una semana especialmente fría, en que en la península se estaban helando, con temperaturas bajando de los 5 grados bajo 0, nosotros tomabamos el sol a 25º y buceábamos con una temperatura del agua de unos 22º. Un lujazo .
Justo para ese viaje, me había regalado, por Navidad, cumple y demás, una cámara digital que no tenía y su correspondiente carcasa. Es una Olympus c-765, con un zoom espectacular (por eso me decidí por ella) y no es que pretenda hacerme una experta fotosub, pero me gusta mucho hacer fotos en las inmersiones, más como recuerdo que otra cosa... y de una manera especial de la gente, los buzos, el ambiente en general. No quiero dedicarle demasiado a la fotografía, porque me gusta más la sensación del buceo en su conjunto, pero me encanta eso de llevarme recuerdos de "allí abajo" y poder mirarlos y recrearme cuando estoy de secano.

Las inmersiones han continuado por la costa española, y después de muchos avatares, cambios en los planes y demás, finalmente se hizo realidad el que en Junio embarcara con un grupo de amigos de Zaragoza, Madrid y Barcelona, en un Safari Crucero de Vida a Bordo en el Mar Rojo, Ruta Sur (St. Johns), Egipto, llegando a la frontera con Sudán, a la altura de Berenice. (VER MAPA)Ya sé que debería comenzarse por la ruta norte, por eso de ser más tanquila, pero las circustancias vinieron así, y ha sido toda una experiencia. Un mar bravo, un viento intenso, muchas horas de navegación, 14 personas en un barco de 30 m de eslora, 18 inmersiones, 5 días... el ambiente estupendo, la gente encantadora, el buceo magnífico... ¿qué más se puede pedir?
Fue una experiencia muy bonita, como buceo, por supuesto, por la maravilla de las inmersiones en los arrecifes que llenan ese mar, pero también por lo estupendas que fueron las relaciones entre todos los "habitantes" de esa especie de "gran hermano marino". No es ninguna tontería la convivencia entre personas, 6 días a bordo de un barco de 30 m de eslora, en medio del mar, sin pisar tierra en ningún momento (salvo un pequeño desembarco, casi pirata, a una isla desierta, plagada de huesos de tortuga y restos de coral...).
El fortísimo viento, las corrientes, la olas tremendas, las largas horas de navegación... el sol, la brisa, el buen ambiente, las risas, la estupenda comida, los ratos de siesta, de snorkel y natación... el impresionante cielo de estrellas que nos inundaba cada noche... Más que un viaje ha sido una gran y bonita experiencia.

Pero, romanticismos aparte, continúan las kdds, nada más venir con la que yo también propuse hace ya tiempo, "exclusiva para chicas", y que salió de maravilla. ¿Quien dijo que las mujeres solas nos ibamos a aburrir o pelear? En un mundo (el del buceo) aún mayormente masculino, de cuando en cuando es bueno quedarnos las féminass a nuestro aire para... ¡¡¡cosas de mujeres!!

Ya hay más inmersiones previstas. Llega el verano y espero no parar. La Dragonera a principios de julio, L'Escala todos los fines de semana que pueda con Supernena, podría ser Cabo de Gata a final de Julio con un club de Madrid, Santander a final de agosto, y como yo soy toda improvisación, todo lo que pueda ir saliendo.

 
     

Icono gentileza de Jugger Magic Diver
Lo reconozco.
Estoy drogada.
Me he enganchado a esto.
El nitrógeno tiene efectos fuertemente adictivos en mi.
Y la gente con la que lo comparto idem de idem.
¡Somos una panda de viciosos! ;-)

Pero ¿saben algo? No pienso ir a desintoxicarme... ;-)

actualizado 14 de julio de 2005

 

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