Resumen de los capítulos anteriores: De eso nada. Os jodéis
y lo buscáis, que os lo mandé y por ahí tienen
que estar.
Lo que sí os voy a dejar es unos minutos para hacer pis y
coger otra cerveza... ...Pues
que nos plantamos en L’Estartit y enfilo la María Luisa
hacia el puerto, donde cualquier mortal acreedor de un mínimo
de inteligencia, buscaría un centro de buceo.
Centros de buceo hay cienes y cienes, pero ninguno es el deseado.
De nada sirve seguir las hileras de culos embutidos en neopreno,
porque en este pueblo, si vas en camiseta te miran mal, pero si
te paseas con el neopreno, pasas inadvertido.
Para estacionar la María Luisa en el puerto, el asunto está
jodido... e incluso hay un párquin de pago, en el que las
caravanas no están permitidas. Los caravaneros estamos acostumbrados
a este trato excluyente (e ilegal, por cierto), así que lo
único que hacemos es defecar sobre el árbol genealógico
del Excmo. Sr.
Alcalde de la villa, para posteriormente continuar el camino, sin
saber muy bien hacia dónde.
Absorto en
estos pensamientos estaba nuestro héroe protagonista, cuando
se le ocurre una idea:
- Analicemos
la situación: estoy perdido, ¿y si me disfrazo de
mujer y pregunto?
La solución
alternativa fue preguntar, pero telefónicamente, de modo
que no fue necesario el numerito del disfraz. Al otro lado del
auricular, la SuperNiña nos ofrece unas escuetas indicaciones,
que de haber sido seguidas al pie de la letra, la furgo estaría
ahora incrustada en la trastienda de la farmacia que existía,
sí, pero no en el sitio indicado, sino cien metros más
pallá.
Mi intuición femenina y la aplicación de un factor
de corrección, más el cálculo de trayectoria
a velocidad uniformemente acelerada a temperatura y presión
estándar, elevado al cubo, entre el arcoseno de alfa, más
tres de treinta y una y los dúples de mi compañero,
hacen que lleguemos al centro a la primera… y además
hay un sitio para aparcar de la hostia.
Nos queda una media hora hasta que aparezca la peña, así
que me da tiempo de ponerme unos calzoncillos limpios. La emoción
y los nervios de la espera, me hicieron ponérmelos al revés
varias veces.
El
tiempo pactado ha pasado y van apareciendo nuevos personajes.
Al primero que le veo la jeta es al Legendario. A su lado el ya
presentado Friegas y la SuperNiña (que me han dicho que
está liada con el Legendario, pero no lo contéis
por ahí). Me acerco al grupo, pero de puntillas y dispuesto
a salir por patas si la cosa se pone fea. No es así, y
al final sucede lo que había de
suceder:
- Abrazo a friegas, con resultado de dislocación de hombro
y codo por forzar la postura al intentar abarcarle. Pronóstico:
grave.
- Saludo al Legendario, con trasmisión oral SIN CONTACTO
del beso de tornillo que le envía el Unbu. Le hubiera abrazado,
pero es que también es muy tocho y se me estaba resintiendo
el hombro del abrazo anterior.
- Súperabrazo, con súperbeso, con restregón,
babas y mucho, mucho cariño para la SuperNiña. Después
de Kustó, ella es la culpable. La hubiera estrangulado
allí mismo, pero lo dejaremos para otra ocasión.
- La Kibruja. Mi Kibruja… No pienso daros más explicaciones,
lo siento.
También
tuve ocasión de saludar a los padres del legendario: el
Sr. Legendario y Sra. De Legendario y también al forero
Héctor (este no lo encripto, que no mesocurre nada) y a
otros participantes en la informal KDD, el primo de nosequién…
Raimon, amigo de nosequéotro… y un personaje cuya
entrada en escena habría de cambiar nuestras vidas: el
Manflas.
Continuará...
(echad más monedas o no será así)
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