La llegada a puerto y los hechos que acaecieron inmediatamente
después, durante la descarga del equipo, marcaron la diferencia
entre lo que tan solo hubiera sido un fin de semana sublime y
lo que pasó a ser un fin de semana tántrico-orgásmico.
Me refiero al hecho definitorio de sugerir a los responsables
del centro de buceo si se haría otra inmersión por
la tarde. Hay una proporción directa entre el kilometraje
adecuado y las ganas de bucear, así que la Bruja y un servidor
intentamos mover el tema para que nos sacaran de paseo por la
tarde, pero ya vimos que no somos negocio suficiente…
En
el centro de buceo, recogemos el equipo, nos dirigimos al restaurante
comunitario y nos resignamos a estar obligados a dormir la siesta.
Hemos llamado a otros centros de buceo alternativos y están
llenos.
Me parece que no nos mojamos, Kivu.
…Y
estalla la bomba.
No sé si la idea partió del Legendario, de la SuperNiña,
que le presionó al ver nuestras desconsoladas jetas o fue
el Manflas… El caso es que alguien sugiere una salida en
barca privada para esa tarde. No hemos de preocuparnos. Nuestros
anfitriones se encargarán de todo: viaje, botellas, cargas…
¡Mira que sois blandos y facilones! No nos hizo falta ni
soltar una mísera lágrima.
El
caso es que ya había salido el tema en las conversaciones
mañaneras. Al Trufus le privan las cuevas. No en vano,
más de la mitad de sus inmersiones anuales se desarrollan
en bujeros oscuros y más de dos tercios de sus inmersiones
totales son inconfesables entradas en condiciones precarias y
muchas de ellas en solitario. Además, por aquella época
no tenía todavía el cachirulo de la suerte. (¡Qué
joven e insensato era, joder!).
¿Qué
no saben quién es el Trufus? Uy, perdón, qué
falta de tacto. Me presento: soy Trufus, casi 41, pelo castaño
y buena presencia. Casado con un cielo de mujer y con dos estrellas
como hijas. Si salgo elegido Miss Kedada, combatiré el
hambre en el mundo y las guerras y tal y cual… Ya. Se acabó!!!
Manflas
y Leyenda hablan de unas cuevas que tienen por aquí. Que
podríamos hacer alguna esta tarde. Kibruja también
se apunta, por supuesto. A cambio, se establece el compromiso
de llevarles yo a ellos al Pozo Azul en fecha indeterminada, presumiblemente
en septiembre, con la promesa de hambre, frío y calamidades.
Buceo alternativo, que diría alguno… No sabéis
dónde os metéis, pollos!
La
comida, como siempre excepcional. No por la comida, sino porque
es el momento adecuado para hablar con la gente, que las KDD’s
son para eso, además de bucear.
Al terminar, parte de las mañas se despiden, que les toca
volverse a casa, pero confieso que nuestra mente está enfocada
a un único objetivo:
¡¡¡INMERSIÓN!!!
Continuará…
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