KEDADA "FREEMAN-SUPERNENA" L'SCALA - L'STARTIT - COSTA BRAVA, 22-25 JULIO 2005
- Crónica byRufus -

8. Capítulo octavo. Los domingos, a misa.


La Catedral es una cueva abovedada que tiene varios pasillos y salas anexas, a modo de capillitas dedicadas al Santo de turno.
Sólo nos encontramos cinco de los héroes en el agua:
Manflas, SuperNiña, Kibruja, Trufus, que escribe esto y... un nuevo fichaje: La Chuches.
Chuches es una vieja conocida nuestra. No en vano, fue compañera de celda de la SuperNiña, en la quinta galería de Alcalá-Meco. Entre sus características técnicas, destaca su envidia por todo lo DIR (es decir, por mí y mi equipación), su técnica nefasta, sus fotos espantosas, su manía de quedarse siempre la última del grupo y a tomar por culo del resto y... primicia... su estilo y arte para ejecutar la danza del vientre. Esto último es algo sin embargo que no nos sorprende.
Quienes la conocéis, os daréis cuenta que tiene pinta de mora ¿no?

Pues los cinco estamos en el agua. Hay varias bajas:
- Legendario tiene obligaciones familiares y no puede acompañarnos. Se te echó de menos.
- Besuguita, de la que se dijo que vendría el domingo y tal y cual, pero que al final no apareció. A ti se te echó de menos, pero sólo los cinco primeros minutos, desertora.
- Friegas, que también estaba de actividad familiar.
Casi mejor que no viniera, porque nos habría hecho terminar las sobras del día anterior.
- Kibruja. No. Esta no faltó, pero es baja ¿no?


Suris... reflejada en las gafas de Kivu

...Y comienza la inmersión. Aún aluciflipo en technicolor y panavisión con sonido Digital Dolby Surround, cuando recuerdo al Manflas, quién se llevó los escarpines a la juerga gitana de la noche anterior y los olvidó posteriormente en el coche, cómo hubo de calzarse las aletas con unas chanclas DIR 100 % Compliant.

 


La Catedral tiene varias salidas a superficie en su interior.

Asomas el tarro y puedes contemplar chorreras preciosas, estalactitas, estalagmitas y el jeto alucinado de tu compi, que tampoco suele tener desperdicio.

Mientras nos cruzábamos en un pasillo estrechito, la consola con el latiguillo del manómetro de la SuperNiña va y se queda enganchada tras de ella en una grieta de la roca. Casualmente pasaba yo por encima, para ayudar a desengancharla y encima la tía bruja me echa la culpa!!! En serio, Victorilla: eso en un pecio con bordes cortantes puede ser algo chungo. Si te adhirieras a nuestra maravillosa filosofía DirDiver, Inc., que cambiará tu vida, no te hubiera pasado, porque llevarías una configuración sin elementos sueltos, acorde a... Vaaaaale. Me callo, me caaaallo...

La inmersión transcurre como sigue: Manflas y superNiña van delante. A continuación sigue Kibruja, que sólo se preocupa del medio metro cuadrado que tiene ante sus narices (Aaaaay, estos fotochupis…), por lo que se va quedando atrás, tiene el dedo del disparador ya con tendinitis, el fondo todo levantado y sus aletas no hacen más que golpearme una y otra vez. Luego va Trufus, el narrador, que no quiere adelantar a Kibru porque hay línea continua y por último… por último va la Chuches. Si a Kibruja la he puesto de vuelta y media con lo de las afotos, la Chuches no desentona. En esta inmersión he hecho unos quinientos kilómetros más que vosotros al darme la vuelta para ver dónde coño se ha quedado la Chuches.

Ah, sí... Ya veo la luz de su linterna... Por ahí viene... Sí. Tras aquella roca sale una columna de burbus... Pues así, mil o dos mil veces, jodía...
Me da la sensación de que Manflas y SuperNiña se lo sabían y huyen y me dejan a solas con las dos fotochupis.
Ante esa circunstancia, yo me siento responsable de la seguridad de ambas y me crezco. (Ya sabéis que no fue así, pero dejadme ser el prota un rato, andaaa... porfaaa...).
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La inmersión transcurrió sin más contratiempos.
Hacemos una deco entre dos aguas y terminamos por salir.

Subida al barco, desequipamiento y... debería decir ‘para casa’ pero no es así. La Kibruja, que ha subido la última, se está haciendo pis, así que hay que demorar la partida para que la nena se dé un chapuzón cuando ya nos íbamos, momento que aprovecha Trufus para ‘aliviar’ por la borda sus síntomas de mareo.
Confesión... Confesión vergonzosa. Aunque ya me voy acostumbrando a la navegación en barco, hoy me he levantado regular de estado. No he dormido bien. Sólo he desayunado un té, que nos ha preparado Friegas a Kibru y a mí (y te hemos dejado colgado con las tostadas, lo siento). En el trayecto de ida, sudo a mares y necesito agua, pero mi vergüenza y timidez me impiden pedir. Durante los buceos no voy mal, pero la salida a la superficie, cuando la presión aprieta, me suele revolver todo lo revolvible. Durante el buceo, hemos salido tres veces en el interior de la Catedral y he aguantado, pero me temo que en la última, el estómago ha dicho ‘basta’.
Así que, mientras la Kibru hace su contribución al ciclo del agua, Trufus practica el fidin. Total, tampoco había mucho que echar…

…Y ya en el camino de vuelta, aprovechando que no estaba el Legendario, con impunidad y alevosía, le di un achuchón a la SuperNiña en agradecimiento por el pack de buceos que nos habéis ofrecido este finde. Qué suerte tuviste de que estuviera el barco abarrotado y hubiera cámaras, que si no...


La tarde se desarrolló como suelen desarrollarse en estas quedadas. Comida comunitaria, incluyendo a participantes no buceadores y Friegas, que ha vuelto de no sé dónde. (¿A dónde coño me dijiste que tenías que ir?). Despellejamiento del compañero DIR, que gracias a su entrenamiento y su filosofía, demostró una sangre fría digna del Santo Job y contuvo sus ganas de apuñalar, con cuchillo romo para que produzca más desgarros, a alguno y alguna que no hizo sino ponerle a prueba, e intentar poner en entredicho las virtudes y ventajas de esta maravillosa filosofía y enfoque de la vida, que… Vaaaaaaaale. Ya me callo, ya me callo.
(Panda de envidiosos…)

La SuperNiña se marcha para casa. Más besos, más abrazos… Hay que aprovechar, porque tardaremos en vernos de nuevo.
Kibru dice que se retira también a sus aposentos, que le quedan un puñaico de kilómetros hasta casa, pero al final, se le convence para que se venga un rato a casa de Friegas, a pasar el resto de la tarde, donde nos espera una agradable sorpresa...


Continuará… pero ya queda poco…

 

capítulo 8

 

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