La Catedral es una cueva abovedada que tiene varios pasillos y
salas anexas, a modo de capillitas dedicadas al Santo de turno.
Sólo nos encontramos cinco de los héroes en el agua:
Manflas, SuperNiña, Kibruja, Trufus, que escribe esto y...
un nuevo fichaje: La Chuches.
Chuches es una vieja conocida nuestra. No en vano, fue compañera
de celda de la SuperNiña, en la quinta galería de
Alcalá-Meco. Entre sus características técnicas,
destaca su envidia por todo lo DIR (es decir, por mí y
mi equipación), su técnica nefasta, sus fotos espantosas,
su manía de quedarse siempre la última del grupo
y a tomar por culo del resto y... primicia... su estilo y arte
para ejecutar la danza del vientre. Esto último es algo
sin embargo que no nos sorprende.
Quienes la conocéis, os daréis cuenta que tiene
pinta de mora ¿no?
Pues
los cinco estamos en el agua. Hay varias bajas:
- Legendario tiene obligaciones familiares y no puede acompañarnos.
Se te echó de menos.
- Besuguita, de la que se dijo que vendría el domingo y
tal y cual, pero que al final no apareció. A ti se te echó
de menos, pero sólo los cinco primeros minutos, desertora.
- Friegas, que también estaba de actividad familiar.
Casi mejor que no viniera, porque nos habría hecho terminar
las sobras del día anterior.
- Kibruja. No. Esta no faltó, pero es baja ¿no?
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Suris...
reflejada en las gafas de Kivu |
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...Y
comienza la inmersión. Aún aluciflipo en technicolor
y panavisión con sonido Digital Dolby Surround, cuando
recuerdo al Manflas, quién se llevó los escarpines
a la juerga gitana de la noche anterior y los olvidó posteriormente
en el coche, cómo hubo de calzarse las aletas con unas
chanclas DIR 100 % Compliant.
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La
Catedral tiene varias salidas a superficie en su interior.
Asomas
el tarro y puedes contemplar chorreras preciosas, estalactitas,
estalagmitas y el jeto alucinado de tu compi, que tampoco
suele tener desperdicio.
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Mientras
nos cruzábamos en un pasillo estrechito, la consola con
el latiguillo del manómetro de la SuperNiña va y
se queda enganchada tras de ella en una grieta de la roca. Casualmente
pasaba yo por encima, para ayudar a desengancharla y encima la
tía bruja me echa la culpa!!! En serio, Victorilla: eso
en un pecio con bordes cortantes puede ser algo chungo. Si te
adhirieras a nuestra maravillosa filosofía DirDiver, Inc.,
que cambiará tu vida, no te hubiera pasado, porque llevarías
una configuración sin elementos sueltos, acorde a... Vaaaaale.
Me callo, me caaaallo...
La inmersión transcurre como sigue: Manflas y superNiña
van delante. A continuación sigue Kibruja, que sólo
se preocupa del medio metro cuadrado que tiene ante sus narices
(Aaaaay, estos fotochupis…), por lo que se va quedando atrás,
tiene el dedo del disparador ya con tendinitis, el fondo todo
levantado y sus aletas no hacen más que golpearme una y
otra vez. Luego va Trufus, el narrador, que no quiere adelantar
a Kibru porque hay línea continua y por último…
por último va la Chuches. Si a Kibruja la he puesto de
vuelta y media con lo de las afotos, la Chuches no desentona.
En esta inmersión he hecho unos quinientos kilómetros
más que vosotros al darme la vuelta para ver dónde
coño se ha quedado la Chuches.
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Ah,
sí... Ya veo la luz de su linterna... Por ahí
viene... Sí. Tras aquella roca sale una columna de
burbus... Pues así, mil o dos mil veces, jodía...
Me da la sensación de que Manflas y SuperNiña
se lo sabían y huyen y me dejan a solas con las dos
fotochupis.
Ante esa circunstancia, yo me siento responsable de la seguridad
de ambas y me crezco. (Ya sabéis que no fue así,
pero dejadme ser el prota un rato, andaaa... porfaaa...). |
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La inmersión transcurrió sin más contratiempos.
Hacemos una deco entre dos aguas y terminamos por salir.
Subida
al barco, desequipamiento y... debería decir ‘para
casa’ pero no es así. La Kibruja, que ha subido la
última, se está haciendo pis, así que hay
que demorar la partida para que la nena se dé un chapuzón
cuando ya nos íbamos, momento que aprovecha Trufus para
‘aliviar’ por la borda sus síntomas de mareo.
Confesión... Confesión vergonzosa. Aunque ya me
voy acostumbrando a la navegación en barco, hoy me he levantado
regular de estado. No he dormido bien. Sólo he desayunado
un té, que nos ha preparado Friegas a Kibru y a mí
(y te hemos dejado colgado con las tostadas, lo siento). En el
trayecto de ida, sudo a mares y necesito agua, pero mi vergüenza
y timidez me impiden pedir. Durante los buceos no voy mal, pero
la salida a la superficie, cuando la presión aprieta, me
suele revolver todo lo revolvible. Durante el buceo, hemos salido
tres veces en el interior de la Catedral y he aguantado, pero
me temo que en la última, el estómago ha dicho ‘basta’.
Así que, mientras la Kibru hace su contribución
al ciclo del agua, Trufus practica el fidin. Total, tampoco había
mucho que echar…
…Y
ya en el camino de vuelta, aprovechando que no estaba el Legendario,
con impunidad y alevosía, le di un achuchón a la
SuperNiña en agradecimiento por el pack de buceos que nos
habéis ofrecido este finde. Qué suerte tuviste de
que estuviera el barco abarrotado y hubiera cámaras, que
si no...
La tarde se desarrolló como suelen desarrollarse en estas
quedadas. Comida comunitaria, incluyendo a participantes no buceadores
y Friegas, que ha vuelto de no sé dónde. (¿A
dónde coño me dijiste que tenías que ir?).
Despellejamiento del compañero DIR, que gracias a su entrenamiento
y su filosofía, demostró una sangre fría
digna del Santo Job y contuvo sus ganas de apuñalar, con
cuchillo romo para que produzca más desgarros, a alguno
y alguna que no hizo sino ponerle a prueba, e intentar poner en
entredicho las virtudes y ventajas de esta maravillosa filosofía
y enfoque de la vida, que… Vaaaaaaaale. Ya me callo, ya
me callo.
(Panda de envidiosos…)
La
SuperNiña se marcha para casa. Más besos, más
abrazos… Hay que aprovechar, porque tardaremos en vernos
de nuevo.
Kibru dice que se retira también a sus aposentos, que le
quedan un puñaico de kilómetros hasta casa, pero
al final, se le convence para que se venga un rato a casa de Friegas,
a pasar el resto de la tarde, donde nos espera una agradable sorpresa...
Continuará… pero ya queda poco…
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